Dicen que un clavo quita otro clavo - susurraba nuestro protagonista al oído de la persona a la que amordazaba con las manos, expulsando un cálido hálito en el pabellón auricular de tan especial víctima.
Hoy vamos a comprobar si es verdad - dijo mientras esgrimía una sonrisa bipolar, una expresión parética, una mímica ambigua, una mueca sonriente, una contorsión de dolor.
-Sabes, la próxima vez que te vayas a follar a alguien creando falsas esperanzas deberías pensarlo antes. Ah no perdona que no va a haber esa oportunidad. Bueno quien sabe nunca digas nunca. Un clavo quita otro clavo, un clavo te hace mi esclavo. En poco te quedarás inconsciente por la falta de aire, pero cuando te despiertes, todo va a ser mucho más divertido. Divertido como habría sido el hecho de conocerme.
Intentó musitar un alarido, la mano le impedía pronunciar, respirar y el peso de su agresor le oprimía contra una pared. Sentía como el gotelé le arañaba la piel, y como se iba quedando ausente.
Un ruido de martillo le despertó, era como si estuviesen clavando algo en una pared. El ruido le sacó de su armario onírico y el dolor se introdujo parásito en su sistema nervioso. Mientras despertaba, iba notando la extraña postura en la que se encontraba, como en un aspa. Le dolían las manos, Los pies, los tobillos y las muñecas. En la boca tenía una mordaza. Quería gritar.
- Buenos días precioso ¿qué tal? dijo mientras reía
- MMMMMM. Se oyó decir.
- Si, si, has sido un chico malo, ¿me quieres pedir perdón? ¡qué mono! pero.... ¿sabes qué? resulta que un clavo no quita otro clavo.... ayer te crucifiqué mientras estabas inconsciente y aún no se me ha pasado el disgusto contigo - dijo mientras le acariciaba la piel y jugaba con un tirabuzón de su pelo. ¿sabes lo que es el síndrome de Estocolmo? ¿Sí? dijo con una expresión de ilusión, esperanzado. Entonces piensa que estás de viaje haciendo el sueco.
- MMMMMM
- ohhhh ¡qué cosas más bonitas me dices! Ahora es cuando vamos a reconocer tus cavidades minuciosamente. Si colaboras no te pasará nada, dijo mientras se bajaba los pantalones con delicadeza y se quitaba el cinturón de tachuelas. Mira para que estés tranquilo y veas lo que puedo hacer te voy a pegar unas pocas veces con el cinturón, para que veas lo que te va a pasar si haces lo más mínimo por resistirte so puta.
Así fue como un movimiento violento y rápido, fue la peculiar batuta de un instrumento de viento-carne de primera.
El dolor de las heridas de las manos y los pies, no era nada como el de ser penetrado analmente teniendo hemorroides, sin dilatar a palo seco. Hizo memoria y se dio cuenta de que había actuado mal pero sólo podía decir MMMHMMM. Notaba las embestidas, su cuerpo entumecido no ofrecía resistencia. Notaba la pared, notaba el choque de masas. Pero sobre todo notaba dolor.
- Verás Cariño, podemos estar así horas sabes que tardo en correrme de primera mano dijo mientras sonreía pícaramente.
-MMMMHMMM
- ohhh, estoy pensando en quitarte la mordaza, pero sabes que si gritas acabarás peor ¿no?
- MMMHMMM MHMMM dijo mientras asentía
- Por eso no te quitaré la mordaza tranquilo.
Y continuó con las embestidas, con los pellizcos y arañazos, con los mordiscos y gemidos. Con cubrir con sus asquerosas manos, su desnudo cuerpo.
Continuará...
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