miércoles, 14 de marzo de 2012

III - El inquilino de la Jaula

Me río de los que se quejan de que un piso de treinta metros cuadrados, es insuficiente, decía alargando las "es" de la palabra insuficiente, me destornillo con los que viven en la intemperie más absoluta, yo tengo todo el espacio que quiero, mis necesidades completas y el amor más imparcial y absoluto que jamás he sentido, decía mientras movía sonriente la cabeza en un sentido ascendente y descendente intermitentemente hablando. Sus ojos miraban al horizonte, con una expresión de felicidad, que denotaba que ya sabía el final de la historia, que le gustaba ese final, y que en la sombra de su hogar, hacía fotosíntesis siniestras, que le mantenían con vida a costa de su imc algo superior a la media.
Desde que estoy aquí, soy feliz, he podido pensar, tengo un cuenco para beber, un cuenco para comer, y un cubo para el resto de funciones fisiológicas que puede llegar a tener un hombre feliz plenamente, seguía diciendo mientras su cabeza seguía con su automatismo característicos.
Ahora puedo meditar, sin obnubilaciones vanales, ahora puedo respirar, mientras transpiro sin ropa, sólo veo luz en esta oscuridad, ¿cómo podría ser más feliz? preguntaba en alto, con rasgos de sobresalto.
Juegan conmigo todo lo que pueden, decía mientras señalaba marcas de lo que podrían haber sido cigarrillos, mi dueño me quiere a mí y solo a mí, nunca me he sentido más libre que ahora que estoy encadenado.
¿al fin y al cabo amar, no es atarse a una persona de forma absoluta y anclar tu vida en la jaula de una relación? soy feliz porque amo, amo de manera absoluta, pero no confundas, yo no amo, yo no esclavo, yo ladro sólamente si me lo mandan, yo bueno... decía mientras alargaba la "e" de bueno, mientras seguía sonriendo anodinamente mirando el infinito con cara de felicidad sectaria.
Si me compras en una tienda, en un baño, o en una discoteca, no me abandones en una carretera, atropéllame así sufriré menos, decía mientras se frotaba insistentemente contra las barrotes.
Si me conoces y nos enamoramos a los dos días, arráncame el corazón antes de dejarme en una clínica abortiva.
Si crees que me quieres a las 24 horas de conocerme y yo también te quiero, ¿por qué no nos suicidamos juntos? sería tan bonito, tan absoluto, y tan románticamente radical, así nuestro amor no tendrá final... decía con una expresión increíblemente más temiblemente feliz.
PUM! sonó un disparo... y el amor se desparramó por donde debía estar supuestamente, los barrotes de la jaula que encierra el querer a alguien.
¿por qué casi todos buscan o buscamos una llave para entrar en la jaula y luego digerirla lentamente?
alegorías.

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