lunes, 27 de agosto de 2012
VII - Hikikomori
mucha gente cree que mi vida es agobiante. que mi hábitat es limitado. que mi ansiedad es extrema. que me mutilo entre las cuatro esquinas de una habitáculo de inseguridad. muchos tienen razón. muchos no saben cómo son las paredes. muchos no saben que lo que encierro es el resto del mundo, y que sólo en esta habitación soy libre. muchos me juzgan. muchos me analizan. todos me señalan. algunos me olvidan. otros me ocultan. aunque resumiendo soy una mezcla de pena, vergüenza y asombro. pared a un lado, pared al norte, pared al este y al oeste, puerta al sur. en este mi reino tengo un trono, en este mi reino no hay luz, mi gobernador es la oscuridad y mi amante el raquitismo más hermoso, tic tac tic tac, juego a pintar caras en el gotelé, tic tac tic tac, mi pokémon ha subido al nivel 100, tic tac tic tac TOC, ruido sordo, ha sonado el despertador. en mi habitación mando yo, en mi habitación yo decido, yo juzgo y yo señalo. mi habitación, mi tesoro, mi vertedero y mi tumba, mi único apoyo, mi salvación. agorafobia, toc, ansiedad, fobia social, me gusta golpearme contra las paredes para sentirme vivo, me gusta llorar a oscuras pintando placentas mutiladas, fantaseo con morir quemado en un inciendo, asfixiado por la combustión del oxígeno. basura bajo la cama, monstruos en el armario y telarañas en la lámpara de cristal, Diógenes encerrado en una esfera marginal, amor de marvel tatuado, a base de x e y en un universo no cartesiano. tic tac, sueño o pesadilla, tic tac, hasta que algo empezó a oler mal, algo que giraba colgando del ventilador, de la pequeña habitación, diecisiete años de fracasos y seis meses de infelicidad, un cadáver ya no fresco y mutilado, descompuesto y demencial.
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