domingo, 28 de julio de 2013

XXV - zombie

Otro lúgubre día comenzaba ceniciento amenazando con chubascos. Otro día como el resto de los días. El cementerio siempre era hermoso a esas horas del día. Una sinfonía de lápidas arrastradas marcaba el comienzo de la actividad paranormal. No más DEP.

Lentamente abrió su caja, el aire olía a flores frescas de alguna funeral party en una o dos tumbas a la derecha en su fila. Odiaba que celebraran fiestas y que no le invitaran. En vida había muerto mientras estaba de fiesta de hecho. Echaba de menos su vida de cocainómano. También echaba de menos a su tabique nasal que se había podrido hacía ya un tiempo.

Poco a poco, en un trágico ritual consiguió salir de su ataúd. Los harapos que llevaba estaban a punto de terminar de romperse. Pasó al lado de un cedro. Con la espalda arqueada y los brazos estirados. La percusión de epiglotis con glotis producía unos intervalos sonoros traducibles a "aaaammmmeehhghhh".

Se pasaba el día persiguiendo palomas, deshojando rosas marchitas y ofreciendo su cuerpo a la satisfacción de otros difuntos. Siempre le había ido la caña. Así que siempre que podía se escapaba a algún mausoleo cercano, donde se montaban las mejoras orgías. Pero tenía que tomar precauciones pues podía pillar "gusanos".
Pero lo que más le gustaba era meterse en los ataúdes con los recién desenterrados para transmitirles gran parte de su experiencia. El sexo pútrido bajo la tierra húmeda era tan morboso. También le gustaba hacerlo en fosas comunes, Tenía mucho tiempo antes de madurar y descansar/descomponerse del todo.

Le gustaba ir a cenar con sus padres, siempre le decían cosas como " mmmñlsñllñllmmm" que en no muerto es "vistes como una guarra, tápate, yo no eduqué a una prostituta, eduqué a un cocainómano." o "mññññmhhh" que venía a ser "qué pensarán los vecinos, que están enterrados aquí, pues el porro medio encendido que lanzaste al depósito del gas nos mató a todos y nos enterraron cerca". Padres, ni muerto te dejan de decir lo que tienes que hacer.

Una vez se enamoró de un cadáver muy bonito, le dio una de sus costillas, pero le rechazó y cayó en una profunda depresión y se dedicó a criar malvas tres días.

Tras ir a casa de sus padres, se decidió a volver a su casa, le recordaba tanto a su cuchitril en Lavapiés. Del mismo tamaño, rodeado de gente similar. Estaba a punto de ser hora de abrir el cementerio tenía que darse prisa para no ser pillado por los vivos.

Tras pasar por un cedro notó que algo le tocaba se giró, y un muchacho vestido de negro con una camiseta de Marilyn Manson, unas botas y unos cargo militares, le besó y volvió a sentir saliva dentro de lo que le quedaba de boca. Unas manos extrañas le sujetaban, mientras notaba algo duro en su estómago. Le oía a jadear. Si se resistía sabía que sería peor. En unos cinco minutos acabó y le soltó y salío lo más rápido que pudo hacia su tumba mientras gritaba "muuummmhhhmmm", pero le embistió otras tres veces. Le partió la mandíbula. Le dejó tres agujeros, dos en el pecho y uno en la tripa. Ahora se le salía un poco de hígado.

Cuando llegó a su tumba puso una denuncia mediante ouija. Pero le respondieron que eso le pasaba por ser una guarra. Y que daba mala imagen al cementerio, Y que tenía que tener más cuidado si no quería acabar cremado en una esquina.

Los seres vivos temen los ataques zombies.
Los zombies tememos los ataques de necrófilos.

Un momento, no usó condón... ¿me habré quedado embarazado? dijo mientras ponía cara de "El Grito" y hacía por llorar un poco.
Ahora entendía lo de polvo eres y en polvo te convertirás. En polvo de algún degenerado. Esto le pasaba por haber muerto joven dejando un bonito cadáver.

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