jueves, 27 de junio de 2013

XXIV - Enclaustrada.

Es gracioso ver cómo pasa el tiempo en su actual estado. Claro que si os digo que tengo síndrome de enclaustramiento, os quedaréis asombrados. Básicamente porque decir lo que es decir, no puedo decir nada. Suponiendo hipotéticamente que podéis leerme la mente, o que algún tipo de hippie místico empatiza conmigo, mi discurso sería más o menos como este texto.
Claro que muchos no sabréis qué coño es el síndrome que tengo, básicamente estoy consciente pero no puedo hacer nada de nada. Respiro pichi picha y parpadeo. Es una risa que haya una mosca encima de ti y que no puedas matar a la hija de puta a no ser que se deje dar por el párpado. Y os preguntaréis, "anda y esta pobre chica cómo se pasará el día". Pues mal, gilipollas, mal.

No era mi intención insultarte no te enfades, pero déjame darte un consejo, nunca cantes delante de un pozo de los deseos "Quiero ser santa", yo no es que sea supersticiosa, pero hombre, después de recitar "Quiero ser canonizada, azotada y flagelada, tener estigmas en las manos en los pies y en el costado, quiero estar acongojada y vivir enclaustrada" me remito a mi estado actual. Y pensarás, qué exagerada, seguro que no tiene llagas. Os voy a contar un secreto. Tengo llagas. Soy como la constelación de la osa mayor de las úlceras de decúbito, en el costado, en el sacro, y dentro de poco ya veremos. Eso sí, es una risa ver como la pija de la cirujana plástica te tiene que quitar el pus de la úlcera. Flictena si nos ponemos finolis.

En serio, si aceptáis un consejo de enclaustrada, nunca digáis que queréis todo el tiempo del mundo. Os puedo asegurar que es soberamente infernal. Aquí en esta habitación, rodeada de la colección primavera otoño de la pirámide de Keops, todos llenos de vida, súperactivos. Porque no hay césped si no sería como la casa de la pradera.

Lo mejor es cuando vienen las visitas, tu quieres que tengan telepatía, pero nanai.
- zzzzzzmmmzmmmmzmmm - ya está la hija de puta de la mosca
- zzzzzzmmmzmmmzmmmmm - como te acerques al párpado te apuñalo con una pestaña maldita.

Yo pensaba que al estar tan indefensa algún enfermero o celador buenorro vendría a consolarme con lo atractiva que soy. Pero nada de nada. Trato de tener algún orgasmo mientras me lavan y... porque no puedo llorar, si no ahogaba a la mosca.

Me he estado fijando últimamente en el bonsái del alféizar, le he puesto de nombre Rigoberto. No habla mucho, pero el resto de la habitación tampoco.

Diario de Enclaustrada, número 1.

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