miércoles, 25 de diciembre de 2013

XXXII - Enterrado vivo

Cuando abrió los ojos, lo único que vio fue oscuridad, penumbra. Cuando trató de incorporarse se golpeó la cabeza. Perplejo miró donde estaba, en qué lugar se encontraba. Tocó con las manos y por la forma que percibió, pese a su nefasto sentido espacial, concordaba con un ataúd. Estaba enterrado (o no) pero dentro de un ataúd. Era gracioso, pues siempre había vivido con la sensación de estar dentro de uno, de ser la fragancia de recipiente de putrefacción. A veces pensaba que su corazón era una madriguera de gusanos que espantaba a la gente de su alrededor. Era un muerto en vida. Enterrado en la rutina. Encerrado en una vida triste. Aunque ahora podría presumir de estar en las entrañas de la tierra, en el útero de la biosfera.

Se sorprendió a si mismo autocompadeciéndose de su situación, pero sin intentar salir. 
Hablando consigo mismo de por qué estaba allí y de que parecía el desenlace idóneo para su vida, pero sin gritar buscando ayuda.
Se descubrió solo pero a la vez abrigado por tierra, en un sepulcro de madera.

Se animó a intentar salir, pero pensó que no era la rubia de Kill Bill.
Mientras pensaba sabía que el oxígeno disminuía más rápido que el mecanismo de un reloj de arena.

Siempre pensaba que moriría solo ¿Para qué salir? Así adelantaría el proceso. Arrepentirse era lo que estaba acostumbrado a hacer, afrontaría su situación aceptando su final.

Entre pensamientos parásitos, una sed le poseía, "tengo mucha sed" se decía. Fue entonces cuando se tocó el cuello y notó la zona dolorida. Cuando notó como los colmillos le crecían. Era un vampiro encerrado muriéndose de sed.¿qué clase de mente retorcida pensaría así?. Fue entonces cuando se dio cuenta de que era mejor que la rubia de Kill Bill y que era momento de empezar a actuar más que lamentarse. Era el momento de ignorar los espejos y dejar de reflejarse, era la ocasión de desangrar para satisfacer su sed. Era el carnaval del instinto. Una orgía de sangre. Un príncipe del infierno. Era el momento de obrar. Y nunca le había gustado tomar el sol.

Así fue como el nosferatu recuperó su vida, y el muerto viviente se quedó en un ataúd enclaustrado.
Aunque este vampiro era especial prefería que se la chuparan a chupar y con las estacas no tenía tantos problemillas.

domingo, 1 de diciembre de 2013

XXXI - un clavo quita otro clavo.

Dicen que un clavo quita otro clavo - susurraba nuestro protagonista al oído de la persona a la que amordazaba con las manos, expulsando un cálido hálito en el pabellón auricular de tan especial víctima.
Hoy vamos a comprobar si es verdad - dijo mientras esgrimía una sonrisa bipolar, una expresión parética, una mímica ambigua, una mueca sonriente, una contorsión de dolor.

-Sabes, la próxima vez que te vayas a follar a alguien creando falsas esperanzas deberías pensarlo antes. Ah no perdona que no va a haber esa oportunidad. Bueno quien sabe nunca digas nunca. Un clavo quita otro clavo, un clavo te hace mi esclavo. En poco te quedarás inconsciente por la falta de aire, pero cuando te despiertes, todo va a ser mucho más divertido. Divertido como habría sido el hecho de conocerme.

Intentó musitar un alarido, la mano le impedía pronunciar, respirar y el peso de su agresor le oprimía contra una pared. Sentía como el gotelé le arañaba la piel, y como se iba quedando ausente.

Un ruido de martillo le despertó, era como si estuviesen clavando algo en una pared. El ruido le sacó de su armario onírico y el dolor se introdujo parásito en su sistema nervioso. Mientras despertaba, iba notando la extraña postura en la que se encontraba, como en un aspa. Le dolían las manos, Los pies, los tobillos y las muñecas. En la boca tenía una mordaza. Quería gritar.

- Buenos días precioso ¿qué tal? dijo mientras reía
- MMMMMM. Se oyó decir.
- Si, si, has sido un chico malo, ¿me quieres pedir perdón? ¡qué mono! pero.... ¿sabes qué? resulta que un clavo no quita otro clavo.... ayer te crucifiqué mientras estabas inconsciente y aún no se me ha pasado el disgusto contigo - dijo mientras le acariciaba la piel y jugaba con un tirabuzón de su pelo. ¿sabes lo que es el síndrome de Estocolmo? ¿Sí? dijo con una expresión de ilusión, esperanzado. Entonces piensa que estás de viaje haciendo el sueco.
- MMMMMM
- ohhhh ¡qué cosas más bonitas me dices! Ahora es cuando vamos a reconocer tus cavidades minuciosamente. Si colaboras no te pasará nada, dijo mientras se bajaba los pantalones con delicadeza y se quitaba el cinturón de tachuelas. Mira para que estés tranquilo y veas lo que puedo hacer te voy a pegar unas pocas veces con el cinturón, para que veas lo que te va a pasar si haces lo más mínimo por resistirte so puta.

Así fue como un movimiento violento y rápido, fue la peculiar batuta de un instrumento de viento-carne de primera.

El dolor de las heridas de las manos y los pies, no era nada como el de ser penetrado analmente teniendo hemorroides, sin dilatar a palo seco. Hizo memoria y se dio cuenta de que había actuado mal pero sólo podía decir MMMHMMM. Notaba las embestidas, su cuerpo entumecido no ofrecía resistencia. Notaba la pared, notaba el choque de masas. Pero sobre todo notaba dolor.

- Verás Cariño, podemos estar así horas sabes que tardo en correrme de primera mano dijo mientras sonreía pícaramente.
-MMMMHMMM
- ohhh, estoy pensando en quitarte la mordaza, pero sabes que si gritas acabarás peor ¿no?
- MMMHMMM MHMMM dijo mientras asentía
- Por eso no te quitaré la mordaza tranquilo.

Y continuó con las embestidas, con los pellizcos y arañazos, con los mordiscos y gemidos. Con cubrir con sus asquerosas manos, su desnudo cuerpo.

Continuará...

jueves, 28 de noviembre de 2013

XXX - Pirómanos de papel

Pirómanos de papel,
deseos de efervescencia,
vida por escribir,
con cerillas y tinta

Pirómanos de papel,
títeres huecos,
ansia por arder,
por una efímera existencia.

Pirómanos de papel,
fuego tatuado con típex,
llamas en la piel,
pálida paciencia.

Pirómanos de papel,
entusiasmo y frenesí,
lágrimas de betún,
crematorios de inocencia

Pirómanos de papel,
poesía de la violencia,
cristal en la pared,
indómita vehemencia.

Pirómanos de papel,
sed de cenizas,
suspiros de carbón,
polución de clemencia.

Pirómano de papel,
gemido y tempestad,
hogueras tejer
con antorchas bic cristal.

Pirómano de papel,
ángel en una mazmorra
mármol y placer,
fogatas y sogas.

Pirómano de papel,
letras escarlatas,
patíbulo asonante,
piroclastos en piñatas.

Pirómanos de papel,
idea de combustión,
en oxígeno infinito,
en agónico grito.

Pirómanos de papel,
efímeros poetas,
peluches de hiel,
estigmas de felpa.

Pirómanos de papel,
obsesión de piedra,
veneno en componer,
quemándose la tierra.

Pirómanos de papel,
utopía carmín,
destellos carmesí,
suplicio de sentencia.

Pirómanos de papel,
magma fluyendo poseído,
vapores y alaridos,
segundos de existencia.

Pirómanos de papel, 
únicos y diferentes, 
en peligro de extinción, 
con fervores de sapiencia.

Pirómanos de papel,
cometas kamikaze,
serpentinas TNT,
atómica tristeza.

Pirómanos de papel,
tributo al monóxido,
fósforo y carbono,
vela en el pastel. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Remember, remember the fifth of November...

Un personajillo (:P) me recomendó que viera "V de Vendetta", la verdad es que pensaba que iba a no gustarme. Error. Me gustó, y mucho. De hecho no sé si verla cada cinco de noviembre mientras lanzo cuchillos a fotos de Rajoy.

Probablemente mi parte favorita de toda la película es el relato escrito en papel higiénico. ¿demasiado obvio? La persecución de lo diferente. Y la verdad, me lleva a pensar en Rusia, y en su ley anti propaganda homosexual. ¿No estarán tratando de hacer algo así? Manipular a una población en una situación crítica, mediante estrategias de patio de colegio pero tristemente efectivas.

Tal vez habría que empezar a enviar máscaras a los rusos. O tal vez no. No sé. Lo que si sé, es que gracias por la recomendación.

Fin del comunicado. Na na na na na na líderrr.


lunes, 11 de noviembre de 2013

XXiX - INSECTA

un corazón podrido
una orgía de gusanos,
un latido anélido,
proglótides en las manos

una ninfa se hizo pupa,
al cortarse las muñecas,
una coraza de seda,
un sudario de costillas

un corazón podrido,
una mariposa en formol,
un coro de alaridos
de una parásita voz

un títere en la morera,
arterias llenas de orugas,
moscas en los labios,
larvas de emoción

un corazón podrido,
enjambre de alimañas,
panal de entrañas,
sol partido

un corazón podrido,
una coraza de seda,
un colibrí de cera,
un color asesino

un corazón podrido,
una bomba mosquitera,
cucaracha en el barrido,
mariquitas en la acera.

un corazón podrido,
en metamorfosis purulenta,
un corazón ha sido,
la viuda negra traicionera.

martes, 29 de octubre de 2013

XXVIII - El caballero sin cabeza

Sábanas negras, sábanas en movimiento, sábanas húmedas del sudor, mar de algodón negro,
sepultura de emociones abortadas.
El sujeto predicaba al predicado alguna historia.
El predicado juguetón se la aprendía de memoria.
sintaxis oscura, de sintagmas y estigmas tétricos.

Sábanas negras, cuervos gimiendo graznidos sombríos, en una vorágine de ébano.
cera negra fundida, noche de luna nueva, glaciar de moscas en cascada, besos marchitos.
Taciturno gesto, túnel incorrupto, trágico viaducto sentimental.

Sábanas negras, palacio de malaquita, vaivén de cartas de seda de un ejército de picas.
As impetuoso, de tréboles frondoso, de corazón podrido y sota enterrada, comodín con esmoquin.
Pozo tenebroso, rezumando sudor, reverberando los aullidos, los arañazos de dos tullidos.

Sábanas negras, mortaja umbría, yin yang teñido de descomposición.
Jinete sin cabeza, abandonó a su montura, infeliz criatura...
Pues de Atila se sabe, que era su caballo el que no hacía crecer la hierba.

Sábanas negras, velo gris, niebla frondosa, océano de tinta.
Coliseo de leones negros devorando cristianos vivos.
Mártires, bestias, prostitutas y gladiadores.
Placaje y embestida, degüello ritual.

Un caballero negro, sin cabeza.
Un ser gris sin materia gris.
Un semental indómito y sodomita.
Una guillotina negra,
Una herradura añil,
Una fiera,
Un guerrero muerto de cansancio,
Un guerrero presa de las alimañas,
de negras las entrañas,
más negro era el rocín.
Maldito una y mil veces.
De principio a fin


lunes, 26 de agosto de 2013

The Nymphomaniac Mime

fingers on the move
confused fingers zigzagging in an air ocean
frozen fingers seconds after the cracking noise

Fingers that pinch and that give birth to deaf shrieks.

Crossed fingers among binded bent hands
muzzled wrists, strangled between phalanxes.
Hands that were sewn up to other hands
Invisible walls drawn by open naked hands
Skin walls blessed by a nails ceremony
Infrasonic screams and crawls, Silent shouts that dont want to be listened to.

Abduced by some ethereal wires to an alien arm
innocent tackle in some jigsaw bondage puzzle

Silence
two people staring at each other
leg on ankle, hand on elbow
No one speaks
Growls written in Braille, the accupuncture paradigma
Invisible twister cage, for some deaf, blind and mute twins

Distorted image, Corrupted mimicry
Face to Face in a mirror to mirror way
Joints that make whispers as some way of expression
Sweating and Mydriasis as unintended intentions

Invisible frontiers as unbreakable barriers
The index finger points at me while the thumbs stab me
i knock into your Wall, but you dont answer my call
So i clap with agony to the illogical joke

Mimes, here we are, among artists and clowns,
malabarists without balls.
Touch as our language
we only love in sign language

martes, 30 de julio de 2013

XXVII - Cosas de Gunter

Siempre que le preguntaban que quería ser de mayor contestaba con "hada de los dientes", la gente se reía de él, "ellos no saben que ganaría dinero por rompérselos" pensaba, "les metería la varita en la boca y les dejaría las encías ensangrentadas y con purpurina" decía. "Las hadas de los dientes molan", "yo sé que conspiran con Vitaldent y son millonarias".

Siempre que le preguntaban cuál era su animal favorito decía "las viudas negras", cuándo le preguntaban asombrados que por qué, que a un niño de su edad no le podía gustar eso contestaba "Siempre me ha fascinado como las mujeres afroamericanas que han perdido a su cónyuge entablecen relaciones filiares con otros miembros de su comunidad" y ante la cara de asombro de su interlocutor, añadía "ji ji es broma". "Me gustan las viudas negras porque usan a sus parejas para conseguir lo que quieren, y cuando yo no son útiles les ahorran el rechazo matándoles", "En general me gustan las arañas, porque su tela pasa desapercibida, atrapan a sus presas y las confeccionan una mortaja dentro de su conspiración sedosa", "me gustan porque en función de la cuerda que se mueva dentro de su conspiración, saben a dónde acudir a presumir de quelíceros", "cosas de niños".

Cuando tocó escribir la carta a los Reyes, pidió un castillo en Escocia rodeado de niebla y con cementerio incorporado en una isla. Nadie le llevó al psicológo.

Gunter era un niño. Un niño algo peculiar. Un niño que cuando quería más gatitos enterraba a su gata y la regaba. Gunter era Gunter, qué redundancia!.

lunes, 29 de julio de 2013

XXVI - Daily Mirror

Un nuevo día comenzaba. Se movía entre las mantas de su majestuosa cama como un preso de arenas movedizas. Abría los ojos paulatinamente. Miraba su lámpara de araña, como una madre mira a sus hijos. Se enderezó en la cama, cruzó las piernas, mientras miraba su cómoda, y su colección de cabezas reducidas. Allí estaba la zorra que tanto tiempo y esfuerzo la había costado matar. Decapitada, arrugada, con una perdiz en la boca, mirando al idiota que la sacó de su ataúd de cristal. Era un día maravilloso.

Como buena hipster, cogió sus gafas de pasta de la mesilla, justo al lado de esa lámpara de lava que tanto la gustaba. Cogió su ordenador Mac, y vio que no tenía actualizaciones en Facebook. Salió de sus aposentos, sus reales dormitorios y se dirigió al baño. Se quitó el camisón en un gesto rápido y lascivo, y abrió el grifo de agua caliente de la bañera de mármol negro. Desnuda se dirigió al espejo, y como siempre hacía, empezó su rutinario ritual.

"Con mis nudillos blanquecinos, en el espejo golpeo; con mi garganta atónita, te invocaré hasta quedarme afónica,  seis veces seis, seis veces sois, sois seis veces, sesenta y seis, de tu dimensión al espejo, del espejo a tu celda, puta alcohólica, abre la puerta y dime algo Verónica"

- Pero Chocho, que buena cara te veo, ¿sigues usando las cremas que te dije? esa exfoliante antiedad de manzana es ideal. Que aunque tengas treinta años todos sabemos que hay que cuidarse (Dijo alguien en un camisón de tirantes blanco roído y lleno de arañazos q le llegaba por encima de las rodillas de unas piernas fofas llenas de pelo que terminaban en unas alpargatas con la forma de conejitos).
- Hola Cielo, dame dos besos que hace mucho que no te veo - dijo mientras ponía una expresión de felicidad. Todo el mundo sabía que era su única amiga.
- Ay chocho, ayer te escribí por ouija, pero no lo debiste leer. He descubierto un champú nuevo de Camoumila y té verde que te deja el pelo más suave que el de las ingles de Rapuntzel. Me produce unas experiencias orgásmicas, un frescor, un fervor, tan herbal, es colosal, súper ideal, te lo recomiendo. Mira como me ha dejado el pelo de suave. Dijo mientras señalaba su pelo, una melena negra de longitud considerable que le llegaba por el pecho y que le tapaba la cara.
- ¡Qué ideal Verónica! ¿y qué tal con los vecinos? ¿te han vuelto a dar problemas?
- Pues el otro día fatal chocho, se pensaron que mi casa era un pozo de los deseos, y tuve que salir trepando por la chimenea a cagarme en su puta madre. Enzima he descubierto que un capullo ha difundido un video amateur mío por internet, y me he dicho que voy a apuñalar hasta la muerte a todo aquel que lo vea, porque yo seré muy concejala del ayuntamiento, pero a mi el coño me lo ve quien yo quiero. Justo ahora estaba descuartizando a este para echárselo al cocido. Ya sabes lo rico que me sale - Dijo mientras se sacaba un cuchillo negro manchado en sangre de un bolsillo del camisón.
- De verdad tía Vero, estás de una violenta últimamente, pero sí es para matarles. Yo te entiendo, vivía con una adolescente que no era hija mía que tenía trastorno obsesivo compulsivo. Un horror. Que si voy a limpiar el pozo por sexta vez en el sentido de las agujas del reloj mientras canto "La reina del Pop", que si te voy a ordenar los zapatos por colores en vez de por marcas, que si hay que recoger el salón del trono vestido de tirolés mientras se oye reggaetón, y yo odiaba el reggaetón Vero. Encima después de que vi en su tablón de Facebook, que decía que tenía estrías y que ella era más guapa, decidí cortar por lo sano, por el esternocleidomastoideo para ser más exacta.
- Pues mira chocho, eso no es nada, hay una tal Ariel que me tiene hasta el coño ya, que si su ropa es la más blanca, que si ella no tiene varices porque tiene cola de pez. Dijo mientras se quitaba el pelo de la cara y asomaba una barba negra poblada, unos arcos supraciliares marcados con unas cejas pobladas, y unos ojos pequeños y azules.
- ¿Quién la capitana del equipo de natación de la universidad?
- Si, esa.
- Pero Vero, si es una guarra, se quedó afónica por chupársela a un tío.
- uhhh pero tía dice que es más guapa que tu, y todos sabemos que es mentira. No llegaste a ser Miss Alemania por nada del mundo.
- Chocho, coge tampones, brillo de labios, arpones y descárgate el grindr en el iPhone. Ve mirando en Safari, alquiler de barcos y equipos de submarinismo.
- ¿Has oído Siri? nos vamos de cruising, partyyyy hard

Puede que así fuera como empezó Pescanova. Puede que sea este el motivo de por qué se extinguieron las sirenas. Puede que Verónica tuviera la regla buceando y originara una marea roja. Pero algo nos ha quedado claro, nunca subestimes lo que una hipster despechada pueda llegar a hacer. Continuará.

domingo, 28 de julio de 2013

XXV - zombie

Otro lúgubre día comenzaba ceniciento amenazando con chubascos. Otro día como el resto de los días. El cementerio siempre era hermoso a esas horas del día. Una sinfonía de lápidas arrastradas marcaba el comienzo de la actividad paranormal. No más DEP.

Lentamente abrió su caja, el aire olía a flores frescas de alguna funeral party en una o dos tumbas a la derecha en su fila. Odiaba que celebraran fiestas y que no le invitaran. En vida había muerto mientras estaba de fiesta de hecho. Echaba de menos su vida de cocainómano. También echaba de menos a su tabique nasal que se había podrido hacía ya un tiempo.

Poco a poco, en un trágico ritual consiguió salir de su ataúd. Los harapos que llevaba estaban a punto de terminar de romperse. Pasó al lado de un cedro. Con la espalda arqueada y los brazos estirados. La percusión de epiglotis con glotis producía unos intervalos sonoros traducibles a "aaaammmmeehhghhh".

Se pasaba el día persiguiendo palomas, deshojando rosas marchitas y ofreciendo su cuerpo a la satisfacción de otros difuntos. Siempre le había ido la caña. Así que siempre que podía se escapaba a algún mausoleo cercano, donde se montaban las mejoras orgías. Pero tenía que tomar precauciones pues podía pillar "gusanos".
Pero lo que más le gustaba era meterse en los ataúdes con los recién desenterrados para transmitirles gran parte de su experiencia. El sexo pútrido bajo la tierra húmeda era tan morboso. También le gustaba hacerlo en fosas comunes, Tenía mucho tiempo antes de madurar y descansar/descomponerse del todo.

Le gustaba ir a cenar con sus padres, siempre le decían cosas como " mmmñlsñllñllmmm" que en no muerto es "vistes como una guarra, tápate, yo no eduqué a una prostituta, eduqué a un cocainómano." o "mññññmhhh" que venía a ser "qué pensarán los vecinos, que están enterrados aquí, pues el porro medio encendido que lanzaste al depósito del gas nos mató a todos y nos enterraron cerca". Padres, ni muerto te dejan de decir lo que tienes que hacer.

Una vez se enamoró de un cadáver muy bonito, le dio una de sus costillas, pero le rechazó y cayó en una profunda depresión y se dedicó a criar malvas tres días.

Tras ir a casa de sus padres, se decidió a volver a su casa, le recordaba tanto a su cuchitril en Lavapiés. Del mismo tamaño, rodeado de gente similar. Estaba a punto de ser hora de abrir el cementerio tenía que darse prisa para no ser pillado por los vivos.

Tras pasar por un cedro notó que algo le tocaba se giró, y un muchacho vestido de negro con una camiseta de Marilyn Manson, unas botas y unos cargo militares, le besó y volvió a sentir saliva dentro de lo que le quedaba de boca. Unas manos extrañas le sujetaban, mientras notaba algo duro en su estómago. Le oía a jadear. Si se resistía sabía que sería peor. En unos cinco minutos acabó y le soltó y salío lo más rápido que pudo hacia su tumba mientras gritaba "muuummmhhhmmm", pero le embistió otras tres veces. Le partió la mandíbula. Le dejó tres agujeros, dos en el pecho y uno en la tripa. Ahora se le salía un poco de hígado.

Cuando llegó a su tumba puso una denuncia mediante ouija. Pero le respondieron que eso le pasaba por ser una guarra. Y que daba mala imagen al cementerio, Y que tenía que tener más cuidado si no quería acabar cremado en una esquina.

Los seres vivos temen los ataques zombies.
Los zombies tememos los ataques de necrófilos.

Un momento, no usó condón... ¿me habré quedado embarazado? dijo mientras ponía cara de "El Grito" y hacía por llorar un poco.
Ahora entendía lo de polvo eres y en polvo te convertirás. En polvo de algún degenerado. Esto le pasaba por haber muerto joven dejando un bonito cadáver.

jueves, 27 de junio de 2013

XXIV - Enclaustrada.

Es gracioso ver cómo pasa el tiempo en su actual estado. Claro que si os digo que tengo síndrome de enclaustramiento, os quedaréis asombrados. Básicamente porque decir lo que es decir, no puedo decir nada. Suponiendo hipotéticamente que podéis leerme la mente, o que algún tipo de hippie místico empatiza conmigo, mi discurso sería más o menos como este texto.
Claro que muchos no sabréis qué coño es el síndrome que tengo, básicamente estoy consciente pero no puedo hacer nada de nada. Respiro pichi picha y parpadeo. Es una risa que haya una mosca encima de ti y que no puedas matar a la hija de puta a no ser que se deje dar por el párpado. Y os preguntaréis, "anda y esta pobre chica cómo se pasará el día". Pues mal, gilipollas, mal.

No era mi intención insultarte no te enfades, pero déjame darte un consejo, nunca cantes delante de un pozo de los deseos "Quiero ser santa", yo no es que sea supersticiosa, pero hombre, después de recitar "Quiero ser canonizada, azotada y flagelada, tener estigmas en las manos en los pies y en el costado, quiero estar acongojada y vivir enclaustrada" me remito a mi estado actual. Y pensarás, qué exagerada, seguro que no tiene llagas. Os voy a contar un secreto. Tengo llagas. Soy como la constelación de la osa mayor de las úlceras de decúbito, en el costado, en el sacro, y dentro de poco ya veremos. Eso sí, es una risa ver como la pija de la cirujana plástica te tiene que quitar el pus de la úlcera. Flictena si nos ponemos finolis.

En serio, si aceptáis un consejo de enclaustrada, nunca digáis que queréis todo el tiempo del mundo. Os puedo asegurar que es soberamente infernal. Aquí en esta habitación, rodeada de la colección primavera otoño de la pirámide de Keops, todos llenos de vida, súperactivos. Porque no hay césped si no sería como la casa de la pradera.

Lo mejor es cuando vienen las visitas, tu quieres que tengan telepatía, pero nanai.
- zzzzzzmmmzmmmmzmmm - ya está la hija de puta de la mosca
- zzzzzzmmmzmmmzmmmmm - como te acerques al párpado te apuñalo con una pestaña maldita.

Yo pensaba que al estar tan indefensa algún enfermero o celador buenorro vendría a consolarme con lo atractiva que soy. Pero nada de nada. Trato de tener algún orgasmo mientras me lavan y... porque no puedo llorar, si no ahogaba a la mosca.

Me he estado fijando últimamente en el bonsái del alféizar, le he puesto de nombre Rigoberto. No habla mucho, pero el resto de la habitación tampoco.

Diario de Enclaustrada, número 1.

XXIII - terapia de autoayuda

-Hola, me llamo Fabio, tengo 23 años y estoy un poco nervioso - dijo mientras se miraba los pies con un gesto nervioso, y una gota de sudor brotaba de su frente.
-Hola Fabio - dijeron al unísono unas cuantas voces
- mmmahmmmmehhhmmm mm - oyó decir a la persona estática bajo la capa negra.
- Continúa por favor Fabio, queremos saber cómo podemos ayudarte - dijo un caballero vestido con una camisa blanca con chorreras y botones carmesí, pantalón raso de negro y un brillo de labios cianótico. - Queremos saber más de ti, aquí todos sabemos todo de todos - dijo mientras jugaba con su pelo azul, largo y desmoronado sobre su frente. Le inquietaba el hecho de no verle los ojos.
-Veréis yo siempre he sido el cateto que se ha quedado fuera de los triángulos amorosos en los que me veía envuelto. Tanta crueldad pitagórica me abrumó y...
- No digas más, tienes el corazón roto - dijo el chico del piercing en el septum. Aquí nos encanta coser trozos de vísceras reventadas. El taller de Frankenstein es todos las martes a las siete.
- Perdonarás a Isaías, es tan impetuoso que parece haber olvidado que le han cosido las muñecas cuatro veces - dijo una mujer en un vestido rojo intenso con una raja lateral por la que asomaba una pierna blanca coronada en un zapato de tacón negro, aunque lo más llamativo era el escote. Un busto generoso y una sonrisa traviesa.
- No todos somos igual de ninfómana que nuestra querida amiga Isabelle - dijo Isaías.
- mmmhhhhummmm maaaahhmmmm mmm
- Bueno Bueno chicos, no empecemos a discutir quién está peor de todos nosotros. Dijo con autoridad mientras enredaba su melena azul entre sus dedos con suavidad. Sigue, Sigue no les hagas caso.
- mmmmhhhmmm mmm
- No sé, yo estaba enamorado. No podía resistir la tentación de mirar sus ojos, esos ojos. Quería acariciarle. Quería abrazarle. Quería ser suyo.
- Quería que me empalara juju, porque le quiero mucho juju - Dijo Isaías travieso. A mi me encanta empalar cielo.
- Isaías, cállate - Dijo la chica del camisón roído, una lámina de papel con cabeza y miembros.
- ¿Vas a venir a darme laxantes? Ágatha es más mona, se pasa mucho tiempo en el baño "peinándose".
- Haz el favor de seguir Fabio. Dijo mientras cruzaba una pierna sobre la otra nuestro peliazul mediador.
- Ese chico me lanzaba señales confusas, no me quedaba claro qué quería de mi. ¿Mi amistad? ¿Sexo? ¿Mi amor? Hasta que me harté, me harté de sus toqueteos, de su tonteo, y de su juego. Pero me seguía gustando y no sabía que podía hacer.
- ¿Y le prendiste fuego a su novio?¿apuñalaste a su novia tal vez? - Dijo una voz dulce pero grave, de un señor sonriente con cara de no haber roto nunca un plato.
- Eso es ser indulgente, yo habría violado al muy hijo de puta delante de su familia en la cena de Navidad con una maza de pinchos. De verdad, mira que eres bueno Juan. Dijo una mujer con el pelo rapado en una mitad de la cabeza, un piercing encima de la ceja izquierda y un tatuaje de un triángulo rosa en el cuello.
- Callad y dejad que siga. Dijo mientras miraba un espejo de mano y hacía poses el mediador de tan peculiar debate. Te escuchamos. ¿Qué hiciste?
- No hice Nada. He venido aquí a superarlo.
- mmmmhhhhmmmjmmjmmmmah seguido de una carcajada le hizo detenerse.
- Qué aburrido es el nuevo - dijo el caballero del pelo azul
 Entonces se abrió la puerta y apareció un señor con bata que dijo ¿tu debes ser el nuevo no?

domingo, 23 de junio de 2013

XXII - el mimo ninfómana.

Dedos en movimiento.
Dedos zigzageando confusos en un océano de aire.
Dedos detenidos segundos después del chasquido.

Pellizcos que dan a luz mudos alaridos.

Manos entrecruzadas, doblegadas.
Muñecas amordazadas, estranguladas entre falanges.
Manos injertadas en otras manos.
Muros invisibles recorridos a mano abierta.
Muros de piel ungidos unguealmente.
Bramidos y Gemidos en frecuencia de infrasonidos, para no ser oídos.

Tracción que te abduce, como cuerda intangible, a un brazo alienígena.
Placaje grácil contra los lados del poliedro en el que el artista hace bondage con las aristas.

Silencio.
Miradas intensas.
Pierna en tobillo. Mano en codo.
Nadie habla.
Gruñidos en braille como paradigma de la acupuntura.
Jaula invisible para dos siameses mudos, ciegos y sordos.

Imagen distorsionada, mímica corrompida.
Cara a Cara especular.
Crujido articular como forma de expresión.
Midriasis y sudor como declaración de intenciones.

Muros invisibles como fronteras inexpugnables.
El índice me señala mientras el pulgar me apuñala.
Llamo al muro con mi corazón, tu lo llamas anular, será por eso que ignoras mi llamada.
Aplaudo agónico la barrera de la lógica.

Ahí estamos los mimos. Entre payasos y artistas. Malabaristas sin pelotas.
El tacto es nuestro método de expresión.
¿Si te mimo me mimas?
... Pero en lenguaje de signos.

martes, 11 de junio de 2013

XXI - eye on eye

Se abre el telón palpebral. Sigues sin ver. Los espasmos de tus pestañas siguen sin liberarte de la cárcel a la que te has acostumbrado. Niégalo. Acéptalo. Eres un preso. Eres una presa. Tu capacidad de controlar el volumen de la circunstancia te supera, te rebosa, te derrama y te salpica. Lo niegas. Te ahogas poco a poco, te asfixias, mientras abres la boca y respiras agua oxigenada. Te dejas la garganta en un silencio de redonda, ¿anorexia musical?.

Se abre el telón palpebral, te liberas, cortas las cuerdas del titiritero sádico que construye tu vida. El nudo atascó la introducción y te condujo a un efímero desenlace. La cruz de ser marioneta es ligera, es cómoda, pero eres consciente de que tu lado autómata se está apoderando por control remoto desde una órbita de calidez conocida. Tu corazón late y al mismo tiempo hace ecuaciones diferenciales. ¿el amor para ti es aritmética neuronal?

Se abre el telón palpebral, te irradia esa luz, te posee, te maravilla, tus pupilas se sienten diminutas ante tanta fogosidad, las candelas de la pasión son demasiado demasié para ser medidas. Te encanta la luz que desprende el lado oscuro, lo ilegal y prohibido. Te embelesas con las sombras viviendo ligado a un filamento de wolframio de brillo débil y moribundo. Déjame guiarte a lo largo de las lápidas de bombillas relucientes y estereotipadas.

Se abre el telón palpebral, una lente opaca cubre tus ojos, un filtro invisible. Aunque la lesión ya ha dejado huella macular. Lo niegas, lo sabes, lo destierras, lo descubres. Lo sabes, lo sé ¿entonces qué?.
¿ojos que no ven corazón que no siente? ¿corazón que siente ceguera cortical? ¿soy ciego yo? todos lo ven, yo ya no sé qué pensar, para ti el foco de la imagen es omnipresente, puede estar en el punto óptimo o en un eclipse a años luz de distancia.

Se abre el telón palpebral, me hipnotizan los actores que se desnudan en el escenario con movimientos tranquilos, serenos, pensantes, inquietos, seductores, cabrones. Me pierdo en un mar de posibilidades. Me dedico a estudiar cada segmento uveal buscando un significado misterioso.

Se abre el telón palpebral, pero tu ahí sigues en pausa. Como si nada. Se cierra el telón palpebral te acaricio como buen espectador. Te recorro buscando cualquier indicio de orzuelo.

Se abre el telón palpebral y sólo busco mi reflejo. Perlas, ópalos y jade de algún despistado dueño.

sábado, 13 de abril de 2013

XX - Carrusel de Cadáveres VII "La Balanza de Némesis"

- Hoy hermanas, tenemos con nosotros a un hombre que quiere cambiar, o eso dice él, quiere cambiar, ¿no es gracioso?, quiere cambiar, ha tenido que romper la cara de su mujer seis veces para darse cuenta de que quiere cambiar. ¿Porque quieres cambiar no?. (Decía una mujer de pelo cobrizo, con un collar de jade sobre su pálida piel, con los pechos al descubierto, unos pechos blanquecinos y caídos, que daban paso a un vientre lleno de estrías y a un pareo pálido que recubría sus piernas)
- Sí, Señora, quiero cambiar. Decía un hombre desnudo, encadenado a dos columnas de granito por las muñecas, con la única protección de una funda de tela negra que cubría su cara.
- Si en verdad quieres cambiar te ayudaremos, somos comprensivos, estás en la balanza de Némesis. Planta Segunda, y de justicia. Como Fiscal Mayor de la planta, te acuso de maltratar a tu mujer, de atentar contra su vida, de cerdo y de machista, y de mentiroso. ¿Sigues queriendo cambiar?
- ME ARREPIENTO POR FAVOR, QUIERO CAMBIAR, AYUDADMEEE, LO SIENTO MUCHO.
- Alecto, por favor, no tortures con tus palabras a nuestro invitado, dijo otra mujer desde un asiento elevado, de blancos cabellos, arrugas en la piel y labios negros, con una maza de metal en su mano translúcida, hablaba con autoridad, envuelta en una tela negra.
- Disculpe su señoría, Jueza Hécate.
- Alboácil Tisífone, por favor haga pasar a la primera y única testigo.

Entre los barrotes de la jaula en la que estaba, podía ver como se desarrollaba el juicio, en la sala principal redondeada se encontraba la tribuna de la jueza, limítrofe con las columnas, cara con cara y con los asientos de la fiscal y del defensor. A un lado se encontraban las gradas del jurado, lleno de mujeres de todas las edades. A los pies del jurado se encontraban las jaulas de hombres desnudos dispuestos a ser juzgados por sus delitos. Él era uno de ellos.

Una vez sentada la mujer empezó a contar todos los maltratos, vejaciones y torturas a las que había estado sometida, hasta que fue rescatada por el circo de los horrores, en una visita con su familia. El hombre se sacudía diciendo cosas como "No fue así", "Nunca quise hacerla daño". Hasta que le pegaron una patada en las costillas.

Al no haber nadie que quisiera defenderle, se dejó al jurado amazónico deliberar. Tras unos pocos minutos Hipólita, la portavoz del jurado, una mujer robusta vestida sólo con un cinturón dio paso a la sentencia: "Dejaremos que cambie".
-Con este golpe de Maza, doy crédito a la sentencia, que se cumpla! - Dijo Hécate sonriendo. Cambiarás.

Fue entonces cuando todas las mujeres presentes, hicieron una fila, fueron a una sala adyacente una a una y cogieron un trozo de madera.
Llevaron al acusado a una zona de la sala en la que no había prestado atención, un círculo deprimido y negro, junto al que había dos anillas de metal, a las que encadenaron al acusado.

Amontonaron la leña, le echaron aceite por encima.
El acusado temblaba y gritaba, POR FAVORRR POR FAVORRR, NOOOO
Su mujer le dio un beso y le dijo, ¡Cariño por fin cambiarás!
Hécate portaba una antorcha, y dio paso a la sentencia.
- Cambiarás de la vida a la muerte, hemos cumplido tus deseos. Es un gran cambio, para un rastrero como tu.
Una llamarada dio paso a un allegro vivo de gritos. Un olor a cochinillo quemado impregnaba la sala.
Todas las mujeres bailaban, todas las mujeren reían.
-Circe te convertirá con su fuego, de cerdo machista a hombre de nuevo cantaban.
los gritos continuaban.
el alarido se fusionó con la llama. Era hermoso e infernal.
Hasta que paró de oírse la voz desgañitada y sólo se oía el aleteo del fuego.

Hécate alzó la antorcha y dijo, ahora que el cerdo ha cambiado y sus pecados ha expiado, Tisífone y Megara preparadlo, tenemos que alimentar a nuestra piara de cerdos enjaulados.

- O Dios no, O Dios no, yo nuncá pegué a mi mujer ¿qué hago aquí? No quiero comer a otro hombre, no por favorr.
- No te preocupes, le dijo una mujer, la polla después de arder es como una salchichita crujiente. Deliciosa.
- Bon Apetit, le dijo otra mujer que le pasaba un plato con carne negra y humeante que parecía ser un pie. A los que no comen se los comen los perros.
- Así fue como tragó y se atragantó y volvió a tragar. Y lloró de rabia y de impotencia.

viernes, 29 de marzo de 2013

XIX - La vida y milagros de Gunter

¿Quién es Gunter?


Es curioso, como un niño, puede darse cuenta de la importancia del vulgar transporte de moléculas gaseosas a través de una membrana, fina y orgánica, que vulgarmente denominamos respiración.
Gunter era un niño muy peculiar, muy especial y muy poco habitual. Su mundo era una bolsa de cartón con dos agujeros a nivel de sus ojos, y unos orificios a nivel de las fosas nasales por los que respirar, pues para él se había vuelto algo muy sensual y delicado desde un desafortunado accidente con una bolsa de plástico.

No obstante le gustaba jugar a los astronautas y limitar el nivel de oxígeno que a veces llegaba a su pequeño y frágil cuerpo; para él era una sensación de antigravedad mística, y la verdad es que esa luz que veía tras sus inmersiones en la asfixia, no le asustaba tanto como aquella de la que se protegía en su bolsa, que había matado a su abuela por algo llamado melanoma. Gunter sabía muy bien que no quería morir de la misma forma, y para ello asumió una medida en contra del nudismo que su difunta abuela trató de instaurar en la familia, su bolsa de cartón, eclipse de su peculiar anatomía, que usaba como almacén, ordenador y armadura. Conjuntando con su peculiar casco, se encontraban su camiseta negra de cuello de cisne y unos pantalones grises de rallas negras, que le daban cierto toque rocambolesco.

Los padres de Gunter trabajaban mucho para mantener la casa, a Gunter y a Electra, la hermana mayor de Gunter. El padre se dedicaba al negocio de la salud y de la muerte, era médico de flores, trataba de animar a las flores pochas y curar a las flores marchitas, pero no siempre se le daba bien su misión, momentos de mucha angustia y dolor en los que ofertaba counselling, y un velatorio y entierro dignos de la flor más hermosa. Era un profesional de lo que muchos llamaban “ikebana necrótico”.

La madre de Gunter, no obstante, tenía un empleo mucho más animado y de más contacto con el público... muchas veces se traía el trabajo a casa, trabajo en el que se relacionaba con personas de edades entre los 45 y los 65 años, que buscaban nuevas experiencias, nuevas sensaciones y sobretodo salir de la rutina más aburrida. Los clientes de la madre de Gunter, solían venir de uno en uno o de dos en dos, aunque raramente venían grupos. Cuándo preguntaban a Gunter en qué trabajaba su mamá, decía que ella recibía a sus clientes en el sótano, donde tenía su oficina, y allí todos jugaban con ella, hasta que los hacía llorar.
A veces los más afortunados de sus clientes podían salir del sótano, y realizar actividades domésticas que según mamá, decía Gunter moviendo su bolsa de cartón animadamente, se morían por realizar tareas domésticas.
Así un día en el que Gunter entró a la cocina a beber un vaso de zumo de tomate, se encontró a un señor obeso desnudo con una máscara negra, que tenía una cremallera justo en la zona de la boca, unos orificios circulares mínimos a nivel de las órbitas y una cadena que rodeaba su cuello y acababa en la pata de la silla donde estaba sentada su madre. Número 133, que así se llamaba el cliente, ni se inmutó y siguió fregando los diferentes cacharros. Mamá tras decir a número 133, que era un aborto de foca antártica con cara de dromedario y que debía darse más prisa fregando, se levantó y preparó el zumo.

 Continuará.

XVIII - Carrusel de Cadáveres VI - Frío baño de Humildad

La reina sintió la escarcha, estiró las piernas lo que pudo, bostezó... y se volvío a sumergir en su trono de porcelana, de temperatura glaciar, ártica.
Iceberg de belleza, que dejaba ver sólo un pequeño porcentaje de su peculiar anatomía, bien oculta y subacuática.
No notaba dolor, no notaba nada, le costaba moverse, gesticular, la carga de su corona de frialdad, la paralizaba, congelaba y pasmaba.
Tiritaba en un extraño besamanos, su corte no era séquito, era una herida sangrante a nivel del muslo.

Sadik, la había castigado, no sabía cuanto tiempo llevaba prácticamente sumergida en ese agua tan fría. "Tienes suerte de haberme caído bien, a las que se quejan de ser hermosas las baño con ácido y sales de rosa". Allí estaba ella, sin poder hacer nada, ni casi pensar, con una armadura de madera impidiéndola salir. Oía gritos, Oía gemidos, Olía a limón y a lavanda, glu glus, gla glas y onomatopeyas varias de un edén líquido.

Trató de gritar, no pudo, trató de toser, le costaba, la estaban saliendo escamas y escaras de estar tanto tiempo en la misma postura.

Consiguió decir "Socorro", y una mano desconocida empujó su cabeza por el orificio del yugo de madera, y la introdujo en el agua, no se lo esperaba, tragó agua, sabía que era el fin, hacía toda la fuerza que podía pero era insuficiente, notaba la presión, insistía, hacía fuerza, gritaba bajo el agua hasta que se llenó entera de ella, y acabó su tragedia.

Pobre señor Sadik, ha perdido a otra miss, dijo un adolescente prepúber de rizados cabellos negros, con las manos mojadas, mostrando su desnudez. Pobre señor Sadik, menos mal que estoy yo para consolarle, dijo mientras se acariciaba la tupida entrepierna. El señor Sadik quiere a uno, y Ammon quiere al señor Sadik.

XVII - Carrusel de Cadáveres V - Ecos, Susurros y Alaridos

Sabía que la observan, no sabía cuándo, pero sabía cómo... había cámaras en su casa, la vigilaban.
Muchas veces trataba de averiguar cómo, muchas trataba de saber por qué, pero sólo conseguía acabar con dolor de cabeza.
¿cuál podía ser el motivo? -pensaba mientras agitaba la cabeza de alante a atrás en un movimiento ondulante y mecánico.
Tenía miedo de que la descubrieran, era una elegida, alguien especial, podía oir a Baal, cosa que los demás no.
-Verónica, Verónica, Verónica, Verónica, Verónica, Verónica, Verónica, Verónica, Verónica - decía su maestro mientras la palpitaba el corazón de alegría.
- Córtate, Córtate, Córtate, Córtate, Córtate, Córtate, Córtate, Córtate
- No por favor, no me obligues, prometo hacerte caso, prometo hacer lo que quieras no me obligues, para, PARA, PARAAAA.
- Córtate, Córtate, Córtate, Córtate, Córtate, Córtate, Córtate, Córtate.
Sus uñas se entrometían entre la carne del antebrazo delgado y pálido, despertando unas lágrimas viscosas, oscuras y carmesí, acompañadas de un grito de dolor, de un alarido de obediencia.
- Ya está, ya me he cortado, para por favor, PARA!!! - decía mientras percutía con las uñas las cuerdas tisulares de tan refinado violín.
- Verónica, Verónicaaaaa, Verónica - decía una voz cantarina - ¿Me harás caso Verónica? Sabemos que te graban. Lo sabes. Lo sé. Te ven, te oyen, Saben que estás aquí, te dejan hacerte daño, te dejan ante mi, eres mía, mi juguete, mi experimento (oía mientras veía como unos insectos repulsivos la recorrían las piernas desnudas por debajo del camisón etéreo).

Así era la realidad detrás de la puerta número 4, la sombra del Eco, dónde la belleza interior cobraba voz y voto, y se volvía peligrosa y terrible. La moqueta se manchó de sangre, Verónica se quedó inconsciente y quien miraba por la cámara en la puerta número 5, miraba y anotaba en un cuaderno rosa de Hello Kitty.

"Día 7 de Mayo, hoy Verónica estaba más intranquila de lo habitual, pobrecilla, vamos a tener que hacerla una lobotomía para ayudarla a alcanzar una perfección inmaterial, vegetal y caústica"

Miró a la botella de Cristal, a su contenido cítrico y amarillento, y se saboreó los labios con la lengua, le encantaba hacer lobotomías, luego conservaba en su cuarto, la puerta número 6, todos los trozos amputados en botes de formol de primera calidad, y tenía ya una gran colección.

martes, 26 de febrero de 2013

XVI - Carrusel de Cadáveres IV - "Seda y Terciopelo"

"Dios te salve María, llena eres de gracia, bendita tu eres entre todas las mujeres..." - rezaba una niña de rodillas, en un banco de madera, al que el barniz daba un toque de brillo incómodo; en un ambiente cargado de incienso y jazmín. "Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús" - musitaba la niña mientras le caían lágrimas por las mejillas, y el dolor de las rodillas la inundaba. Apretaba con fuerza el rosario de cuentas negras. Tenía la mirada fija, en la de la estatua que tenía en frente, y seguía llorando.
"¿Crees que Jesús te quiere ver llorar, niña estúpida? ¡Reza con más devoción! y un golpe le acarició la mejilla y le secó las lágrimas."

-¡Lady Amandei! ¡Lady Amandei! - la llamaba una voz serena al ritmo que la tocaban unas manos pequeñas y frías.
Abrió los ojos, allí estaba Ceruleus, su asistente, un niño de pelo negro con mechas azuladas, pálido y vestido con una túnica blanca, que acababa sobre sus rodillas.
- Ceruleus, te he dicho mil veces que me despiertes con suavidad, ¿ya han llegado los nuevos a la sexta planta?
- Así es ama Amandei
- Bien Ceruleus, ve a por mi fusta de látex lacrada en rojo, voy a enseñarte disciplina por despertarme de tan malas formas.
- sí, ama ¿algo más?
- mi ropa, quiero mis estiletos negros, el látigo de espinas, el corsé morado, el pintalabios azul, las medias de rejilla y los ligueros cilicios.
- sí! mi señora.
- Vamos a dar un seminario magistral sobre el arte de la devoción.

Tras salir de sus habitaciones, dispuesta a trabajar, pasó a la sala de los acólitos donde vivía Ceruleus la mayor parte del tiempo vigilando las mudas de ferreo hilo. Tres a un lado de la pared, grises, inmóviles, oxidadas. Tres al otro lado, sonrientes, arrogantes, de latón.
-Cerúleus, ven.
Acto seguido el niño fue hacia ella balanceando los brazos por fuera de la túnica.
- ¿Maestra?
Lo que pasó después fue muy rápido, una pierna envuelta en una media aporreó las piernas del niño.
- Para que vuelvas a despertarme de malas formas, puto desagradecido.
- Lo.... siento... señora... dijo mientras se tocaba la pierna de forma instintiba y contenía las lágrimas.
- Ahora a trabajar, despierta al resto de acólitos.
El niño cogió una varilla metálica y fue quitando las máscaras de las formas larvarias que había en la habitación. Por la noche se metían gusanos y por las mañanas despertaban mariposas. Más finas que el coral. Las damas de hierro, eran la mejor opción para los empleados insolentes. Y Amandei lo sabía. Mientras entraba la luz en sus corazas, gemidos cálidos de dolor emanaban de aquellos sarcófagos.
- Ahora Ceruleus, Percute sus oídos. El niño agarró la varilla y se dedicó a golpear los cuerpos de metal, despertando gritos, y horrores al ritmo del trauma acústico. Y Ahora, sácalos. El niño fue abriendo las cerraduras dejando a sus empleados al descubierto. Todos atractivos, Todos jóvenes. Todos heridos. Todos obedientes. Venus. Ereah. Sísifo. Cherub.Rafael y Samael.

Así fue como empezó su mañana, entre sedas, y cuero, entre incienso y sudor, entre música suave y alaridos. Era la sexta planta, el tercio a pelo, el túmulo de seda, donde se castigaba la pureza y se ensazalban los pecados. Donde se castigaba la castidad y se entrenaba la lujuria. Donde la lujuria desmedida era más letal que los carceleros.

lunes, 4 de febrero de 2013

XV - Carrusel de Cadáveres III - "Las llagas de la Sirena"

Estaba en aquella habitación, notaba como el vapor de agua cargaba el aire, como el sabor salado de sus lágrimas en las mejillas bautizaba su lengua. Olía a agua salada, Olía a sales de baño, a champú y a gel. Oía sirenas, oía ballenas, oía cadenas, oía gluglus debajo del agua, oía el agua dentro de la garganta de otros. Veía el agua correr, una catarata distante, invisible, piscinas por doquier, duchas y bañeras. Y allí estaba, frágil, medio desnudo, con las muñecas resentidas, los tobillos ensangrentados, huérfano y solo.

Bueno, tal vez solo no, pero aquella persona que le acompañaba, era de lo más peculiar. Aproximadamente metro noventa de estatura, iba con ropa de mujer y bata, en la que dictaba "Doctora Esfenoides".
No obstante, no tenía pinta de mujer, ni mucho menos de doctora.
A lo largo de su cara se podía ver una geografía variopinta de cicatrices de edad variable.
LLagas, rojizas, magmáticas y encarnezidas. Marcas, dehiscencias y señales, que formaban una máscara siniestra, inquietante y grotesca.
No obstante los ojos de aquella persona coronaban brillantes el pentagrama de desgarros. Azules y tiernos. En una oleada de piel maltratada, olivácea. Limítrofes con dos cejas finas, y unos labios carmesí perfilados de manera magnánime.
El cuerpo reflejaba algún desequilibrio hormonal, una mezcla entre vigorexia y dismorfia, un palacio esteroideo sometido a mil y un corsés de peros.
La ropa le quedaba pequeña, dejando ver unos abdominales marcados sin atisbo de pelo en ninguna parte, y unas piernas definidas llenas de laboriosas marcas también.
Pero eran los tacones que llevaba los que marcaban el estruendo, era imposible que le cabieran.
Y allí estaba él, con su liberador extraño, delante de otro extraño, con toda una vida en comunidad vegetando en otra sala, esperando su ayuda y su esfuerzo.
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